martes, 11 de septiembre de 2012

Mi dolor y yo

Un día, sin darme cuenta, me encontré a mí misma… y ya no era la persona que fui…

Yo sé que la vida nos va cambiando…porque así debe de ser; experiencias acumuladas…¡¡¡la vida misma!!!... que pasa inflexible y sutil a la vez.


Pero un día…mi cuerpo dijo ¡¡¡basta!!!...había forzado al mismo sin darme cuenta…..

Una vez me dijeron: ¡¡”tu cuerpo nació sano, vos lo enfermaste”…
Y sí, ¡¡que verdad más grande!!

Pues así, comencé a pedirle perdón por todo lo que le había hecho, pero no fue suficiente…
A veces la vida nos golpea fuerte porque sabe que de otra manera no detenemos la marcha y así, fue como detuve la mía.
Un día ya no pude más.
Pero como creo en Dios y Él siempre ilumina mi camino…puso en él un ser que me acompañó en mi sufrir:

                                        ¡¡¡ ANY !!!

Juntas buscábamos caminos para ayudarnos y como en toda búsqueda nos equivocamos, pero nos teníamos la una a la otra…
Smile (Simona e Alessia)
Como dije antes, Dios ilumina y nos guió a este lugar que para mi y creo que para todas las que hoy estamos aquí presentes, deja de ser un centro con paredes frías y muebles que no significan nada…para crear un lugar donde detenernos  y sentirnos arropadas…comprendidas…queridas…y lo más importante de todo…ayudadas.
Nos topamos con personas que caminaban el mismo camino que nosotras, algunas con pasos más adelantados y otras que caminaban a nuestro ritmo, pero todas con un corazón enorme.

El primero en aparecer en mi vida fue PEDRO. Con su energía y su música consiguió que volviera a descubrir a esa persona que una vez fui, que había olvidado, pero que jamás se había ido de mi ser.
Comencé a reírme de mí misma, a volver a permitirme ser feliz, a reírme a carcajadas, a ¡¡¡gritar!!! si lo necesitaba…
Cada jueves, Pedro querido, lograste que me permitiera ser feliz…¡¡¡¡sí!!!!!  Permitírmelo y, lo mejor de todo, lo conseguía…
Allí conocí a muchas personas de edades diferentes, de culturas diferentes…pero nada importaba porque todas estábamos para que esas dos horitas maravillosas  nos sintiéramos las mujeres más felices de la tierra…

Luego apareciste vos, Victoria, con tus ojos bondadosos, comprensivos, amigables, con esa mirada tuya que te hace sentir tan cálidamente comprendida y apoyada…diciendo las palabras justas que uno necesita escuchar para darse cuenta que no todo está perdido…que siempre hay un camino, una esperanza, un perdón.

Recordé mucho mi pasado, lloré con vos…pero poquito a poco me di cuenta que estaba retrocediendo para tomar impulso hacia la persona que soy ahora… que no es demasiado diferente de la que era….pero si que intenta que en su vida no haya ciertas cosas…, con quién quiere compartirla y hacia donde va.

Leí una vez:
           Superar una crisis te hace más libre…..la angustia ante un día vacío, ante una vida vacía sin proyectos, puede ser muy dolorosa. Hay que haber tocado fondo para renacer. A veces es necesario, mientras que todo va mas o menos bien es fácil ir arrastrando una serie de cosas, aunque no te satisfagan, puedes mantenerte en el autoengaño…Pero algún día todo se desmorona y te obliga a cuestionarte lo que haces con tu vida, lo que tienes, lo que eres... A veces, una etapa de depresión puede ser terapéutica, y ésa es una buena noticia.

Cada día me digo: "atrévete a decidir tu propia vida”
Gracias a todas ustedes que me han hecho sentir como en mi casa, que han abierto sus corazones permitiéndome que sea una parte de sus vidas. Y aunque los dolores estén y el cansancio no nos abandone y la tristeza muchas veces invada mi vida:

                          ¡¡¡¡ DOY GRACIAS A DIOS!!!!...por haberlas puesto en mí camino…

Marita Filippone.
Socia de AFIJE