martes, 21 de junio de 2011

Pesticidas, detergentes, plásticos y otras hormonas

I congreso de Alimentación Consciente 12 y 13 Marzo 2011, Barcelona.
El Doctor Olea aporta su conocimiento científico sobre las consecuencias de la ingestión de productos con acción hormonal en nuestra salud.Expone los resultados de sus investigaciones referentes a los plásticos, el teflón, el aluminio y los pesticidas en los alimentos entre otros.

El Dr. Nicolás Olea Serrano es Catedrático de Medicina en la Universidad de Granada y Coordinador de Investigación del Hospital Clínico de Granada. Su especialidad: Radiología y Oncología.

miércoles, 15 de junio de 2011

Una enfermedad no reconocida: la sensibilidad química múltimple

Aquí os dejamos con un video recomendado por Lola Burgueño Nuñez, secretaria de la Federación FM, SFC y SQM "ALBA ANDALUCÍA". Esperamos que sea de vuestro interés.
Gracias Lola! Un abrazo para todas y todos


lunes, 13 de junio de 2011

50 alteraciones orgánicas de la Fibromialgia

Os dejamos un enlace que conduce a un texto colgado por la asociación afigranca. En él podéis encontrar una tabla en la que aparece una lista de alteraciones orgánicas en la fibromialgia con los posibles marcadores biológicos para su disgóstico.

En ésta podéis distinguir si las alteraciones tienen lugar a causa de niveles altos o bajos, una relación de los trastornos observados así como las referencias bibliográficas por si queréis acceder a mayor número de información.
Esperamos que os sea útil. Un abrazo para todas y todos.   

http://afigranca.org/docs/50-alteraciones-organicas-FM-2011.pdf

jueves, 9 de junio de 2011

Me gustaría relataros dos pruebas que se realizan durante dos días para averiguar si la persona tiene en Síndrome de Fatiga Crónica (SFC). Espero que pueda serviros para tener mayor conocimiento sobre esta enfermedad así como algunos de los parámetros que se necesitan medir para conocerla.  
Un abrazo
Ana Castaño (Asociación provincial de Jaén Afixa)

PRUEBA DE ESFUERZO:

Esta prueba se dirige a personas que pueden tener el Síndrome de Fatiga Crónica (SFC). A diferencia de la fibromialgia, se considera que el SFC puede diagnosticarse con pruebas específicas, entre ellas ésta. 

La prueba tuvo lugar en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, y más concretamente en la Escuela de Medicina de la Educación Física y el Deporte.

La prueba tiene una duración de dos días, en los que estudian diversos parámetros:
-          historia completa de las enfermedades del paciente y de las de sus familiares
-          parámetros corporales,
-          medición constante de la tensión, primero tumbada y después de pie,
-          Espirometrías especiales tras esfuerzo, debido a que a los pacientes de Fatiga Crónica se les sube hasta niveles muy elevados el óxido nitroso, alcanzando niveles fuera de los parámetros estándares. 




PRUEBA AERÓBICA DIRECTA:

Se realiza durante dos días consecutivos una prueba sobre cicloergómetro, con análisis directo de gases, monitorización del Electroencefalograma (ECG), de la Tensión Arterial, del ácido láctico en sangre (cada dos minutos).

El Protocolo es el siguiente:

3 minutos de reposo, 2 minutos de calentamiento pedaleo suave a 0 vatios, inicio a 20 vatios y posterior aumento de 10 vatios cada minuto hasta llegar a los 8 minutos.

Se toman los diferentes datos recogidos y teniendo en cuenta los datos más frecuentes en personas sanas si los datos son considerablemente inferiores se puede afirmar que la persona padece el SFC.



martes, 7 de junio de 2011

5º Congreso Internacional de Medicina Ambiental

Lugar: Colegio Oficial de Médicos de Madrid, c/ Santa Isabel nº 51 (Madrid).
La Fundación Alborada y la Fundación Vivo Sano tienen el gusto de invitarle a participar en el V Congreso Internacional de Medicina Ambiental, que tendrá lugar en Madrid los días 24, 25 y 26 de junio del 2011 en el IlustreColegio Oficial de Médicos de Madrid.

El Congreso se celebrará bajo el lema: ‘Medicina ambiental: nuevas enfermedades, nuevos tratamientos
Desde la Revolución Industrial el mundo ha experimentado un cambio sustancial. Hemos progresado en bienestar y confort pero, a cambio, el deterioro medioambiental y sus repercusiones en el ser humano son cada vez más evidentes. La Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de la Carta de Ottawa y la Convención de Yakarta, ha puesto de manifiesto que para alcanzar cuotas adecuadas de salud hay que poner énfasis en el control medioambiental.

La medicina, tanto en su vertiente de investigación como en su labor clínica, debe interesarse por los impactos de la contaminación ambiental en la salud humana, entre ellos los provocados por las sustancias químicas tóxicas presentes en nuestra vida cotidiana y por las radiaciones y contaminación electromagnética. Recientes estudios relacionan estos agentes
con un amplio abanico de enfermedades, entre ellas Sensibilidad Química Múltiple (SQM), Síndrome de Fatiga Crónica (SFC), fibromialgia, Hipersensibilidad a los Campos Electromagnéticos o electrosensibilidad, Alzheimer, Parkinson, hiperactividad, diabetes, afecciones coronarias, varios tipos de cánceres y numerosos síntomas. Podemos decir que el estudio de los tóxicos ambientales va a ser en el futuro lo que la microbiología fue en el pasado.

En este contexto es urgente que el sector sanitario conozca la influencia de los tóxicos químicos y físicos sobre la salud, y su papel como desencadenante o agravante de diversas enfermedades.

Este V Congreso da continuidad al trabajo realizado en los cuatro anteriores, promovidos por la Fundación Alborada y conecta con encuentros similares que se están llevando a cabo en otros países de nuestro entorno.
Participar en este V Congreso es una oportunidad excelente para conocer la medicina ambiental. La presencia de ponentes extranjeros y nacionales va a ofrecer un amplio marco de conocimientos, herramientas diagnósticas y aplicaciones terapéuticas en distintas áreas:


1.- Papel de los tóxicos químicos y físicos en la génesis de las enfermedades crónicas
2.- Síndrome de Sensibilidad Química Múltiple (SQM)
3.- Procedimientos diagnósticos en medicina ambiental
4.- Posibilidades terapéuticas en medicina ambiental
5.- Promoción de la salud y prevención de las enfermedades: alianzas entre el marco sanitario y legal


Más información e inscripciones aquí

jueves, 2 de junio de 2011

Por qué la mantequilla ya no se pone rancia

Probablemente habrás visto en algún capítulo de la serie House cómo el insoportable doctor envía a sus ayudantes al domicilio de uno de sus pacientes, para intentar localizar allí el veneno químico que ha podido provocar su rara enfermedad. Pues bien, la noticia inquietante es que esas dolencias en realidad no son tan raras. Hace unas semanas, mientras firmaba en Sant Jordi en Barcelona, se me acercaron dos chicas con una mascarilla sanitaria cubriéndoles nariz y boca. Impresionaban bastante, porque además estaban delgadas y no tenían un aspecto muy saludable. Venían buscando ayuda para su lucha, que es la reivindicación de la importancia de unas enfermedades a las que la sociedad hace muy poco caso: los trastornos de sensibilización central, que son la fibromialgia (FM), el síndrome de fatiga crónica (SFC), la sensibilidad química múltiple (SQM) y la electrohipersensibilidad (EHS). Son achaques complejos, con un centenar de síntomas diversos que pueden darse a la vez o sólo unos cuantos, con mayor o menor intensidad, pero que en ocasiones llegan a ser totalmente inhabilitantes. Cefaleas, agudos dolores articulares, broncoespasmos, dificultades para respirar, arritmias, alteraciones en el hígado, problemas gastrointestinales, fatiga insuperable, visión borrosa... Esto es solo un pequeño aperitivo de los problemas que estos enfermos padecen.

Rosa Montero
"Estos enfermos llevan décadas intentando que se reconozca su estado y su incapacidad"
Y lo más terrible es que, durante muchos años, han sido considerados unos quejicas, unos neuróticos, unos hipocondriacos, gente, en fin, que no tenía nada, aparte de una cabeza alborotada y delirante. Suele suceder que, cuando los médicos desconocen el mal al que se enfrentan, los enfermos terminen siendo culpabilizados por sus síntomas, como si sus padecimientos fueran responsabilidad suya. Y desde luego, muchos de esos pacientes han terminado desquiciados, porque debe de ser enloquecedor sentir, primero, que tu cuerpo se declara en rebeldía; que de repente, sin saber por qué y sin que ningún doctor parezca entenderlo, todo empieza a dejar de funcionar; y que, y esto es lo peor, nadie te toma en serio a pesar de estar sumido en ese tormento físico. Estos enfermos llevan décadas intentando que la Seguridad Social reconozca su estado y que, en las situaciones inhabilitantes, se les conceda la incapacidad. Es un combate más que han de librar todos los días. Un muro de incomprensión y desconfianza contra el que estamparse.
Por lo menos, y después de mucho batallar, la fibromialgia y la fatiga crónica ya han sido reconocidas como enfermedades en la clasificación internacional de la OMS, y poco a poco la clase médica y la sociedad van comprendiendo que, en efecto, son terribles dolencias reales y no invenciones de espíritus histéricos. Pero la sensibilidad química y la electrohipersensibilidad todavía son consideradas como meros trastornos, con todo lo que ello conlleva de falta de ayuda médica y social. Esta lentitud en reconocer las dolencias no es nueva; ya ha sucedido con anterioridad con otras enfermedades, como el lupus o la esclerosis, que hoy nadie pone en cuestionamiento, pero cuyos síntomas tampoco se entendieron en otros tiempos.
Piensan además estos enfermos, y no debe de faltarles la razón, que en la sociedad hay fuerzas poderosas que intentan minimizar sus reclamaciones, y con ello se refieren a las grandes compañías químicas. Porque este tipo de enfermedades, de incidencia claramente creciente, se deben a nuestra forma de vida; a la contaminación ambiental, a la exposición cotidiana a productos químicos, que se multiplica día tras día. Recuerdo que hace 25 años, en Estados Unidos, me asombraba ver que allí la mantequilla no se ponía nunca rancia, cosa que consideraba aberrante, porque estaba acostumbrada a que la mantequilla se enranciara naturalmente al contacto con el aire. Bien, eso hoy ya lo hemos perdido: la mantequilla española ya no se pone rancia. Al coste, desde luego, de ingerir quién sabe qué cantidad de conservantes.
Es un detalle minúsculo, pero revelador. Vivimos vidas cada día más artificiales y los productos tóxicos nos rodean por todas partes. Algunos expertos sostienen que la incidencia de estas dolencias de sensibilización central está entre el 1 y el 5 por mil. Y es de temer que las cifras no hagan sino aumentar. Son enfermedades que, en sus casos más graves, te anulan, te invalidan, te encierran en tu casa de por vida. Digamos que son enfermos cómodos para el sistema, porque son invisibles. Y sin embargo, pese al coste que tiene para ellos echarse a la calle a protestar, lo están haciendo. Con su dolor, su agotamiento, su asfixia y sus mascarillas a cuestas. Quizá los hayas visto: el pasado 7 de mayo hicieron una concentración de protesta en Madrid. No los olvides.
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